La lareira o cocina era el espacio de mayor relevancia en las viviendas de las zonas rurales en Asturias, y a menudo, la única pieza con la que contaban. Es el lugar dónde trascurre la vida doméstica, ya que la vida laboral y social siempre se realiza en el exterior. El centro lo ocupa el fuego de la casa o lar y sirve para cocinar, calentarse y de elemento de referencia social en el interior de la vivienda. El banco corrido que ocupan tres de sus lados es el escaño de madera de castaño, en su parte derecha, una tabla alargada y abatible sirve de mesa a la hora de comer. Todo el conjunto está coronado, por una gran chimenea, realizada con tablas, varas entretejidas y revocadas con cal y barro. El hollín del fuego impregnaba todo el conjunto y precisamente este elemento creaba una película que lo protegía contra las chispas que pudieran saltar de hogar y provocar un incendio del conjunto. El humo también era utilizado como conservante en el curado de embutidos, carnes, castañas, etc. Por encima del escaño, están las alacenas, traveiras y conqueiro, que contienen y guardan el ajuar y menaje doméstico.