Su cara se salía ya de los términos de la estética y era verdaderamente una cara ilícita, esto es, que quedaba debajo del fuero del poder judicial. Debía, por consiguiente, recaer sobre ella la prohibición de mostrarse en público.
2016 March, “El MSP ahora con vía libre para ir tras el Aedes aegypti”, in El Pais (Uruguay)[1]:
Más allá de que comparte el espíritu de la ley y la votó en general, Abdala explicó que "tiene un grado de indeterminación grande" y que por consiguiente "hay gran riesgo de que pueda provocar reclamos de particulares bajo el alegato de que se vieron perjudicados por la irrupción del Estado en su propiedad privada".