1834, Mariano José de Larra, El doncel de don Enrique el Doliente:
No bien había acabado de decir estas palabras y de enjugar precipitadamente las lágrimas que se habían agolpado a sus ojos, rogó al pajecillo, no menos asustado que ella, que no se separase de su lado en aquel crítico momento
embravecido por la no esperada resistencia que hizo acrecentar sus bestiales deseos, atrevióse a poner sus groseras manazas sobre el talle virginal de Águeda. Mas no bien lo hubo hecho, dos tremendos bofetones le tendieron de espaldas en el suelo y dos brazos de hierro le sujetaron por la garganta en aquella postura.
Encouraged by the lack of resistance which boosted his bestial desires, he dared to put his crass hands on Águeda's virginal waist. Yet barely had he done that, he was swatted down, his back against the floor, where two arms of steel around his throat held him in that position.